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Identidades Pérdidas


En la encrucijada del cambio



Todo avance hacia la igualdad de genero es un avance hacia la convivencia pacífica y el respeto por la identidad personal. Todos los ciudadanos, como personas físicas comprometidas en la corresponsabilidad, deberíamos anotar la importancia de "no desear a los demás lo que no deseas para ti". Este principio humanista implícito en la misma ley moral kantiana, en las éticas dialógicas de Habermas y los contractualistas, hace pensar si realmente estamos cumpliendo con el principio identitario y de igualdad que se propone desde las corrientes de pensamiento humanista y desde el sentido común de las personas.


Desde siglos venimos arrastrando una grave desigualdad no solo en el genero, también en los privilegios, las demandas ante la ley y la justicia, sin obtener una respuesta universal acorde a los derechos humanos. 



Nuestra incomodidad con la realidad diaria, nuestra inquietud por buscar nuevas formas de relacionarnos, de comunicarnos y entender la vida emocional y creativa, nos lleva a un planteamiento mucho más abierto, investigador, y presente con las realidades que nos rodean.



La primera década del s XXI se manifiesta llena de oportunidades en una profunda crisis de valores.  La falta de estímulos en la dirección de un cambio social efectivo, donde la violencia ceda su puesto dominante, al diálogo, la comunicación directa, sin intereses políticos, financieros, religiosos, etc, hace aún más difícil la deconstrucción del machismo como modelo dominante para abrir puertas hacia el cambio de indentidades, nuevas masculinidades, y vias para la exploración y el cambio.

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